Cuando en selección de personal se habla de competencias o habilidades necesarias para un puesto de trabajo, se olvida o se minusvalora la capacidad de pensamiento crítico, esencial para el desarrollo personal y profesional. Esto no debería ser una mera anécdota, sino una competencia clave para muchos puestos o posiciones.
El pensamiento crítico es importante por:
Fomenta la solución de problemas y los cuestiona.
- No siempre uno más uno son dos. Busca alternativas a lo establecido y mueve los pilares inamovibles en el entorno laboral, replantea y cuestiona teoría caducas que se aplican una y otra vez bajo el mantra: «siempre se ha hecho así».
Incita la autocrítica y combate la autocomplacencia
- Siempre se denosta la autocrítica como un rasgo de pesimismo y derrotismo individual. Es la capacidad autocrítica la que eleva los niveles de exigencia y superación de los límites establecidos (siempre sin llevarlos al extremo, rozando lo patológico). La autocrítica consigue buscar alternativas e indagar en aquellos puntos débiles que poseemos como profesionales.
Cuestiona a la masa y los «dogmas de fe».
- Es muy importante en estos tiempos en que los «trendings topics», los «me gusta», los artículos y las teorías más compartidas adormecen el pensamiento, no se cuestiona nada, todo se acepta cual dogma de fe, sin cotejar, comprobar y verificar las fuentes. Como ejemplo: las fake news y más actual la incapacidad para distinguir entre el pensamiento propio y lo generado por IA. Se acercan tiempos convulsos (llamadme pesimista).
Desarrolla a los equipos e incrementa el liderazgo.
- Aquellos líderes que pugnan por soluciones distintas buscan comprender e incentivar a sus miembros a superar la resolución de problemas, además de avanzar en nuevas soluciones, elimina el paternalismo o autoritarismo por construir críticas a las opciones planteadas. Esto no suele ser lo habitual, la presencia de cuidadores de bonsais y líderes con altos niveles de mediocridad que ven en la crítica o en la divergencia de pensamiento un elemento a eliminar más que fomentar.
En definitiva, echo de menos un poco más de conciencia crítica en las organizaciones, en la elaboración de teorías uniformes que adormecen a la masa, a los equipos adoptando comportamientos lineales y de poca profundidad.
Es el tiempo en el que las empresas y profesionales que quieran crecer deberán fomentar la capacidad crítica de las personas que la componen, deberán cuestionar sus planteamientos para adaptarse a nuevos escenarios, o volver a escenarios pasados en los que las personas y sus ideas sean lo primero (siempre que la IA o las máquinas no hayan empezado gobernarnos o ¿lo hacen ya?).
Belén saludos! muy buen post. Estás interesada en publicarlo en http://horaproductiva.com ?