Me debo haber puesto muy trágica con el título del artículo, pero no hago más que preguntármelo. Pero, deberíamos empezar por el principio, que luego me dicen que debería empezar por el principio (tono resquemor).
¿Qué es el Big Data?
Big es grande (anda que me he quedado calva) y data, datos. Venga que me voy a poner seria, porque estoy viendo que así nadie va a pensar que tengo cerebro (eso creo, sino sería algo difícil ¿no?, uffff, me pongo circunstancialista). Vamos a dar una definición seria de qué es el Big Data:
El Big Data, serían grandes, inmensas, incomensurables cantidades de datos y metadatos que generamos los humanos, especialmente en nuestra interacción con algo llamado internet. De esta gran amalgama de datos es de dónde vamos a extraer o encontrar patrones repetitivos o conductas que se reproducen con cierta asiduidad (yo que soy de natural escéptica y crítica con todo, diría que tendencias, luego os cuento).
Y tú, te preguntarás, para qué me estás hablando de todo esto, tú que te dedicas a RR.HH. Pues hete ahí la cosa, que unas de las nuevas líneas de investigación, tendencia y desarrollo de la gestión, sistema, conversaciones y cualquier otro eufemismo (está feo llamar a la gente recursos, está mucho peor llamarles personas y tratarlos como esclavos, cierta acidez que llevo) empleado para referirnos a RR.HH., se ha lanzado en masa a bendecir el Big Data.
¿Cómo puede aplicarse el Big Data en RR.HH.?
Si uno/a lee, los datos siempre han estado presentes, sobre todo para predecir o al menos «intuir» el comportamiento humano, si nos centramos en RRHH, se puede emplear:
Para predecir el futuro desempeño de los empleados, contemplando variables (datos) que previamente hemos definido y analizado.
Para facilitar la toma de decisiones.
Alinear los objetivos (planificación estratégica) con el desempeño.
Aumentar la productividad, extrayendo factores (datos) que la refrenden.
Definir nuevos valores y valores cambiantes en la cultura de empresa.
Determinar las necesidades futuras de nuestros empleados.
Y así, hasta el infinito y más allá. Millones, trillones de datos dirigidos a cuantificar, codificar, cuadricular la gestión de personas, ¿esto no es una paradoja, medir «entes subjetivos» bajo parámetros objetivos?
¿Es realmente el Big Data el Santo Grial? ¿Qué peligros puede esconder?
Como yo sigo en la naturaleza y en la masa crítica, no sé responder a muchas preguntas:
¿Dónde está la ética en esta recopilación masiva de datos a diestro y siniestro?
¿No es la ética una variable fundamental?
¿Los datos no se equivocan? (no quiero hacer sangre, pero habrá muchos que se «acuerden» de hubo una crisis, con infinidad de datos y nadie la previó, o no lo quiso prever)
¿Cómo se miden las emociones en el Big Data? ¿No es la Inteligencia Emocional el nuevo «must» de toda/o gran profesional?
¿Se mide la cultura y el entorno como agente modificador, externo y «contaminante» de los datos? ¿Voy a discriminar seleccionar personal sólo por los datos?
¿De verdad se puede conseguir la objetividad total? ¿Cómo casan la objetividad con la medición de la subjetividad?
¿Puede convertirse el Big Data como la herramienta del «utilitarismo» de las personas»?
¿Dónde queda el libre albedrío?
¿Quién decide qué datos incluir? ¿Esto no le da demasiado «poder»?
¿Puedes ser un sesgo a la creatividad y la flexibilidad?
¿La toma de decisiones se pueden cuantificar?
¿Qué tanto por ciento de error manejamos en su aplicación?
¿Se puede medir el conocimiento? ¿No estábamos en la era del lo que sé hacer?
¿Pueden los datos medir la felicidad?
Es difícil discernir sobre si el Big Data será una herramienta útil, o más bien, controladora, en ese afán por desterrar el libre albedrío y la improvisación en el comportamiento humano. Es curioso que nos enzarcemos en discusiones numantinas sobre la conveniencia de llamar gestión de personas y no nos preocupe, la excesiva mecanización, despersonalización y cuantificación en la gestión del talento. Debemos medir, sí, como complemento, pero acaso no debemos dejar que el futuro nos sorprenda…
PD: interesante leer este libro: Armas de Destrucción Matemática.
Éstas y otras cuestiones me vienen a la mente, así de sopetón. ¿Te gustaría aportar tu opinión? Gracias.